sábado, 24 de mayo de 2014

LAS TABLILLAS DE VINDOLANDA


Un emplazamiento militar en los confines del Imperio:


La fortaleza romana de Vindolanda fue uno de los campamentos militares (castrum) establecidos para custodiar la Muralla de Hadriano en Britannia. Sus restos fueron excavados y estudiados en distintas oportunidades, pero sin duda alguna, el descubrimiento que mayor interés suscitó se produjo en 1973, durante una expedición arqueológica encabezada por Robin Birley. En esa oportunidad se rescataron del entierro una gran cantidad de tablillas de madera (más de mil), escritas en latín, con tinta a base de carbón y pluma de caña. Para nuestra suerte, 752 de estas tablillas fueron traducidas y hoy se conservan en el British Museum.

Su apertura constituyó un grave problema, ya que su exposición al aire dañó la escritura de la primera de ellas. Por tal motivo, se adoptaron medios de conservación idóneos: muchas de las tablas fueron sumergidas de forma alternativa en alcohol metílico y éter, lo que aseguró que los mensajes fueran preservados.

Estas tablillas, de un tamaño similar a una postal moderna, son documentos históricos que revisten gran interés. En su mayoría se trata de cartas personales de los soldados, así como también documentos oficiales de carácter militar. Todas ellas datarían de los siglos I y II DC., conformando un maravilloso conjunto de documentación histórica. Para darnos una idea, hasta los descubrimientos de Vindolanda, sólo se conocían unos pocos nombres de oficiales implicados en la ocupación de Britannia. Hoy en día, estos hallazgos arrojaron luz sobre más de 140 nombres, entre oficiales, soldados, mercaderes y otras personas vinculadas a la fortaleza, como Vitalis, quien era el encargado del mantenimiento de los baños del recinto.

                               Exposición de las tablillas en el Museo Británico


Referencias monetarias y símbolos contables:


Para la numismática también han sido de incalculable valor, ya que en estas láminas de madera se han conservado gran cantidad de referencia a monedas y precios. Las monedas que se mencionan, por supuesto, son las contemporáneas de la época: denarii, asses, dupondii y victoriati

La tabla que ha sido numerada como #182, por ejemplo, muestra una cuenta comercial, en la que se han ingresado distintos valores para diferentes bienes, así como también meticulosamente se tacharon las cancelaciones. Es decir, un registro comercial de gran valor, confeccionado todo por la misma mano. En dicha tablilla, vemos el uso de distintas denominaciones monetarias.

En ocasiones, no se hace referencia en sí con la palabra, pero se han utilizado símbolos contables que hoy en día los investigadores han podido identificar: X (denario = 10 ases, que era su valor original); IIS para el sestercio (“dos ases más un semis”), o una s para el semis. Esta práctica se corresponde con la modalidad moderna de escribir $, U$D, €, etc., cuando nos referimos a distintas especies monetarias.




Hasta la próxima entrada!
Santiago.


martes, 20 de mayo de 2014

LA REFORMA MONETARIA DE CARLOMAGNO (781-793/4 DC.)

Su importancia histórica:


Tras la caída del Imperio Romano de Occidente (476 DC.), que es la fecha que convencionalmente se ha establecido como el inicio de la "Edad Media", el continente europeo atravesó dos etapas previas antes de que lograran sentarse de forma definitiva las bases organizativas que más o menos perduraron, sin grandes transformaciones, hasta la Edad Moderna. Por un lado tenemos lo que los historiadores han dado a llamar “Edades Oscuras”, que dependiendo las distintas áreas geográficas, se extendieron aproximadamente entre los siglos VI y VIII DC. Por otro lado, a continuación de este período, se sucedió una “Etapa Transicional” (aproximadamente entre 675 y 790 DC.). Por supuesto, estos  períodos previos no sólo se reflejaron en la numismática, sino también en otros aspectos, tales como la economía y la política.

No obstante lo antedicho, a realidad es que es imposible concebir hoy en día a la numismática medieval sin hacer referencia a Carlomagno y su importante reforma monetaria. Dicho más claramente, fue Carlomagno quien marcó las pautas en lo referente a metrología y denominaciones atenientes a las monedas medievales occidentales. Cuando hoy en día pensamos en una moneda de época medieval, inevitablemente construimos la imagen de piezas que, de uno u otro modo, son consecuencia directa o indirecta de esta reforma.   


Aspectos de la reforma:


La reforma monetaria emprendida por Carlomagno debe analizarse como un todo, como un verdadero conjunto, ya que fueron varios los aspectos que se modificaron: en primer lugar, la reintroducción exitosa de la moneda oro. Al respecto, tenemos que tener presente que por aquel entonces, el continente europeo atravesaba una seria carestía de metales preciosos, los cuales no estaban en el mercado y prácticamente no circulaban. 

Todo este panorama caótico, si bien se correspondía con una amalgama de factores, en gran medida tenía que ver con la expansión árabe que constantemente se extendía más y más sobre el continente. La interrupción de las rutas comerciales con África y con Oriente fueron determinantes para esta escasez. La economía, por lo tanto, se había primitivizado muchísimo, al punto tal que en muchos lugares se vivió un retorno a los antiguos sistemas de intercambio, tales como el trueque. La autosuficiencia feudal, las pestes y las hambrunas, eran características predominantes del período.

El poco oro existente, por su parte, era reservado para la confección de coronas, joyas y cetros de los monarcas, nobles y el clero. En cuanto a la plata, existían en circulación monedas de muy escaso peso y mínima pureza, siendo nulo el contenido de metal noble en muchos casos.

El segundo punto que se debe tener en cuenta, es el de la centralización de las emisiones, las cuales pasaron a recaer sobre una autoridad imperial unificada (esto más allá de que posteriormente, en la práctica, se hizo habitual el fenómeno de conceder el derecho de acuñación a monasterios, abadías, principados, etc.).

Finalmente, un último epicentro de la reforma lo encontramos justamente en un saneamiento verdadero de la economía monetaria, y obviamente, en la estandarización de denominaciones bajo un sistema unificado, cosa que no se vivía en Europa desde época romana.

Como se puede observar, la importancia de la reforma fue de carácter gigantesco, ya que gracias a ella se sentaron las bases de todos los sistemas monetarios europeos que perdurarían hasta la Edad Moderna, en ciertos casos (como en Reino Unido, nada más ni nada menos que hasta el año 1970). Por ende, una comprensión total de la misma es vital para el estudio de la moneda medieval de Occidente.



Conformación del nuevo sistema monetario:


La reforma monetaria se dio en fases sucesivas, comenzando en el año 781 y finalizando entre 793/4 DC. Lo primero que hizo Carlomagno fue abandonar el uso de la libra romana (con un peso aproximado de 327 g), para pasar a un nuevo patrón, basado en una nueva libra (420 g). Por esta razón, a esta última se la suele llamar "libra carolingia" (o más comunmente, livre carolienne). Esta libra, a su vez, se dividía en 20 sólidos o sueldos (20 sous), que no eran una moneda real, sino una unidad de cuenta utilizada sólo para el cáculo de importantes sumas dinerarias. Asimismo, cada sueldo se dividía en 12 denarios (o dineros; en fr. deniers). Estos últimos sí eran una moneda real, la cual se acuñó con un peso de ca. 2,0 g y una pureza de casi 950/1000 (siendo una moneda de valor intrínseco marcadamente alto para el período).

El sistema monetario, entonces, quedaba conformado del siguiente modo:

Libra carolingia (420 g) =20 sueldos (moneda teórica) = 240 denarios (ca. 2 g)
1 sueldo =12 denarios




CAROLINGIOS: Carlomagno (768-814). Denier de plata post-reforma, acuñado ca. 793/4-812 DC.
                                     Jean Elsen & ses Fils S.A. Auction 119, Lot. 652 (1/12/2013)


Influencia en los distintos sistemas monetarios:


Las denominaciones livre, sou y denier, pasaron a las distintas lenguas (tanto latinas como germánicas) del siguiente modo:

Español: libra, sueldo y dinero 
Italiano: lira, soldo y denaro 
Inglés: pound, shilling y penny 
Alemán: pfund, schilling y pfennig 
Sueco: pund, skilling y pen(in)g 


En el gráfico que se muestra bajo estas líneas, se puede observar como casi todas las monedas europeas se vieron, en mayor o en menor medida, influenciadas por la reforma carolingia:

 
 

Hasta la próxima entrada!
Santiago.-